jueves, 15 de diciembre de 2016

Y PARA COMER, SABRINA!

Eso es lo que tocaba en casa cuando yo era un trozo de carne con patas, comer con Sabrina. Recuerdo, muy de lejos, a la jovencísima Sabrina Salerno moverse sensualmente por la televisión, llamando mi atención con tan solo 2 o 3 años.
Os preguntaréis, qué cojones iba a saber el niño lo que cantaba o lo mucho que se movía? Cuando era enano me costaba comer. Era una pequeña esfera humana, tuve una buena nutrición y parte de culpa, la tuvo la cantante italiana. Mis padres y mi hermana supieron como ganarme a la hora de comer. Grabaron en VHS la gala de Sabrina de Nochevieja del año 1987. Sus senos no paraban de botar al son de su " BOYS BOYS BOYS ". Aquella gala fue el boom, pues en plena escena uno de sus pechos salió de su escote, visto por millones de espectadores y... pour moi. Por desgracia, no pude presenciarlo en directo pero sí en diferido. Mis padres y mi hermana vieron que el nene alucinaba con las tetas de Sabrina. No hubo otra opción que pasarle al niño cada vez que era la hora de comer la cinta de VHS que grabaron con la gala de Sabrina, interfiriendo cualquier programación de la tv, charla entre la familia, etc. Solo así yo podía comer plácidamente y rememorar a mi querida familia aquel escándalo que provocó la sexsymbol en su día. 

Hermana, si lees esto, te pido disculpas por aquellas torturas, por aquel bucle, pero a la vez os doy las gracias porque me siento muy afortunado de haber crecido con los tetones de Sabrina.
SABRINA ALWAYS!!!


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